Muchas de las empresas familiares consiguen tener éxito durante la primera generación. El problema suele surgir con el cambio generacional. La sucesión de un negocio es un proceso doble: Por un lado hay que transferir la propiedad del negocio de padre a hijo. Por otro lado hay que transferir el poder de decisión sobre el negocio. Esta transmisión de poder es el principal reto del proceso de sucesión de un negocio familiar.
Nada mejor que un ejemplo práctico para entender como puedes aplicar los 4 pasos para la sucesión de un negocio con éxito.
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El caso de Dávila Electrodomésticos
José Luis Dávila fundó en el año 1987 Dávila Electrodomésticos, una pequeña tienda de venta y reparación de electrodomésticos en Guadalajara. Desde entonces, la empresa ha crecido hasta dar trabajo a 5 personas. Se incluye a José Luis, su mujer, su cuñado y dos empleados que no pertenecen a la familia.
José Luis tiene dos hijas y un hijo que han ido a la universidad y que llevan unos años en el mundo laboral. Dos de los hijos están casados y los tres hijos viven actualmente en Madrid. José Luis siempre pensó en dejarle la empresa a alguno de sus hijos. La realidad es que ninguno de ellos parece querer ponerse al frente del proyecto.
Ahora que José Luis está pensando en jubilarse, se plantea qué hacer con la empresa. Para él, la última opción sería venderla. Por eso pidió ayuda a Ernesto Pérez, consultor de negocios, para que le asesorase sobre la sucesión de un negocio familiar como el suyo.
Los problemas de la sucesión de un negocio
El caso de Dávila Electrodomésticos es muy común entre las empresas familiares. Muchas de ellas afrontan los mismos problemas. Los 5 problemas principales en las sucesiones de empresas familiares son:
- Falta de visión a largo plazo: José Luis dedica todo su tiempo a gestionar el día a día de su empresa. Esto le impide tener tiempo para la planificación estratégica y por tanto la planificación de la sucesión de un negocio.
- Falta de implicación de los sucesores: Ninguno de los hijos ha mostrado un especial interés por la empresa. Habitualmente los hijos echan una mano en el negocio durante los veranos, pero poco más. El hijo mayor (David) estudió medicina y la mediana (Ramona) arquitectura. La hija pequeña (Carlota) ha acabado Dirección y Administración de empresas, por lo que puede tener un perfil adecuado para gestionar la empresa.
- Mucha experiencia pero poca formación: Como muchos emprendedores, José Luis ha ido aprendiendo a gestionar su empresa a partir de su experiencia. No tienen una formación específica de gestión empresarial.
- Gestión personalista: No existe una descripción escrita de procesos y responsabilidades. José Luis supervisa personalmente el trabajo a realizar y toma las decisiones. La red de clientes y proveedores también depende de José Luis, puesto que ha creado estas relaciones a lo largo de los años. Todo en la empresa gira en torno a José Luis.
- Valores generacionales: Las nuevas generaciones tienen unos valores y prioridades diferentes a las de las anteriores. Parte del éxito de la empresa recae en la cultura del esfuerzo y la responsabilidad que José Luis tiene. No está claro si sus hijos comparten esa forma de entender el trabajo.
Los pasos del proceso de sucesión
Una vez identificados los principales problemas de la empresa, Ernesto le propuso a José Luis realizar el proceso de sucesión por pasos. El objetivo es que el sucesor vaya tomando más responsabilidad de forma gradual del mismo modo que José Luis va apartándose de la gestión de la empresa. De esta forma es más probable que puedan tener éxito. Los cuatro pasos propuestos son:
Paso 1: Primer contacto
Se trata que los posibles sucesores se empiecen a formar una imagen de la empresa y de las labores de gestión. Es el primer momento donde se puede ver si alguno de los posibles sucesores muestra un especial interés. Esta fase ya la realizaron los hijos de José Luis cuando vivían con sus padres.
Paso 2: Aprendizaje
Los posibles sucesores pasan de ser meros observadores a participar de forma activa en el negocio. Habitualmente empieza con sencillas tareas a tiempo parcial o durante los veranos. Al final de esta fase se debería de escoger al sucesor para concentrar los esfuerzos en él o ella. Esta es la fase en la que se encuentra Dávila Electrodomésticos. José Luis tiene que tener una conversación con Carlota para ver hasta qué punto quiere involucrarse en la empresa.
Paso 3: Co-liderazgo
El futuro sucesor entra a formar parte de la empresa a tiempo completo y con cierta responsabilidad. El fundador y el sucesor deben trabajar codo con codo durante un tiempo para que se vaya haciendo la transferencia de conocimiento y responsabilidades. Al final de esta fase Carlota debería de ser capaz de tomar decisiones por sí misma.
Paso 4: Salida del fundador
El proceso de transmisión de responsabilidades está finalizado. En esta fase José Luis debe dejar de trabajar en la empresa para que Carlota pueda desarrollar su nuevo papel con autonomía y autoridad.
El proceso de sucesión de un negocio familiar es un reto que pone a prueba la viabilidad del negocio y la estabilidad de la familia. Realizar este proceso con éxito puede permitir que la empresa y las relaciones familiares continúen por el buen camino.
Así puesto parece todo muy fácil. Pero actualmente existe un problema adicional y es que muchas pymes o son deficitarias ahora o lo han sido durante la crisis… Por tanto, ¿los sucesores estarán dispuestos a asumir esa mochila de pérdidas?
Leon Hunter
Quizás en esos casos, cuando el negocio no sea viable, lo mejor sea venderle.
Saludos Diego, buen articulo. Tendras algo de información o recomendaciones claves para llevar acabo la Fase 4: Salida del fundador y el proceso de transmisión de responsabilidades. Gracias!
Gracias Ed!! Si estás en un proceso de sucesión y quieres que lo comentemos con más detalle, puedes mandarme un email a estrategiapracticainfo@gmail.com
Tienen que dar un vuelco a todo ese negocio e innovar para hacerlo atractivo, sobre todo a las nuevas generaciones: partiendo desde el nombre del negocio es de lo mas aburrido!!
La sucesión es un buen momento para innovar, pero lo primero es afianzar el negocio para luego hacerle crecer, no crees Gustavo?